Dormir en un edificio con más historia que muchos países enteros impone respeto. El Palacio de Avilés (antiguo NH Collection y ahora Affiliated by Meliá) no es solo un hotel; es el Palacio de Ferrera, un gigante de piedra barroca que domina la Plaza de España.
Llevaba tiempo queriendo probarlo. Avilés ha cambiado muchísimo (para bien) en los últimos años, y este hotel siempre ha sido su buque insignia. Pero, ¿se ha quedado anclado en el pasado o ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos bajo el sello de Meliá? Me alojé allí para descubrir si realmente vale la pena pagar ese extra por dormir entre muros centenarios en el corazón de Asturias.
Puntuación Rápida: Mi Veredicto del Palacio de Avilés
| Categoría | Puntuación | Breve Opinión |
| Ubicación | 10/10 | Inmejorable. Estás en el Km 0 de Avilés, en «El Parche». |
| Servicio | 9/10 | Trato señorial, atento y muy profesional. |
| Habitaciones | 8.5/10 | Muy amplias y clásicas. El baño necesita un pequeño refresh, pero cumple. |
| Calidad-Precio | 8/10 | Es un 5 estrellas y se paga, pero el entorno es único. |
La Ubicación: En el Corazón de «El Parche»
Si buscas ubicación, deja de buscar. No hay nada mejor en Avilés. El hotel está situado en la Plaza de España (o «El Parche», como lo llaman los locales), justo enfrente del Ayuntamiento.
Desde aquí lo tienes todo a mano:
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Casco Histórico: Estás dentro de él. Las calles Galiana y Rivero, con sus famosos soportales, salen casi de la puerta del hotel.
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Centro Niemeyer: Un paseo de 10 minutos cruzando la ría. El contraste entre tu hotel barroco y la arquitectura futurista de Niemeyer es brutal.
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Parque de Ferrera: El hotel tiene acceso directo a este parque, que antiguamente eran los jardines privados del palacio. Un lujo verde en pleno centro.
Análisis: Habitaciones, Servicio y ese «Aire Palaciego»
El Edificio y las Habitaciones:
Cruzar la puerta es viajar en el tiempo. La escalinata de piedra principal es de película. Se respira silencio, olor a madera y cera, y esa atmósfera de «lujo antiguo» que a mí, personalmente, me encanta para una escapada romántica.
Las habitaciones son enormes. Me alojé en una Premium, y la altura de los techos te hace sentir pequeño. La decoración es clásica (tonos rojos, maderas oscuras, alfombras), muy acorde con el edificio. La cama es comodísima, nivel «me cuesta levantarme».
¿El punto débil? Quizás los baños, aunque de mármol y muy limpios, se sienten un pelín menos modernos que en hoteles de nueva construcción, pero tienen todo lo necesario (y amenities de calidad).
El Servicio:
Aquí se nota la escuela de la hostelería clásica del norte de España. Recepcionistas que te miran a los ojos, botones rápidos y camareros de uniforme impecable. No es ese trato «colegueo» de los hoteles lifestyle modernos; es un trato de «Usted», pero cálido y eficiente.
Gastronomía: Desayunar con Vistas al Jardín Francés
El desayuno es uno de los puntos fuertes. Se sirve en un salón con vistas al jardín privado del hotel.
La variedad es excelente: embutidos asturianos de calidad, quesos de la tierra (que no falten), fruta fresca y opciones calientes bajo pedido. Tomarte un café viendo ese jardín francés, incluso si fuera llueve (que es probable, estamos en Asturias), es una delicia.
Para cenar, tienen el restaurante «La Capilla», ubicado literalmente en la antigua capilla del palacio. El ambiente es mágico, aunque el precio es elevado. Si buscas algo más informal, estás a dos pasos de las mejores vinotecas de Avilés.
Mi Experiencia Personal: La Llegada y el «Efecto Wow»
Llegar al Palacio de Avilés tiene su truco, y aquí es donde el servicio brilló en mi experiencia.
Al estar en zona peatonal, me agobiaba un poco el tema del coche. Sin embargo, al acercarme a la plaza, vi la zona reservada para el hotel. Apenas paré el motor, un miembro del personal ya estaba allí. No tuve que preocuparme de maletas ni de buscar parking; se encargaron del coche (servicio de aparcacoches) y del equipaje en segundos.
Pero el momento que se me quedó grabado fue justo después del check-in. El recepcionista, en lugar de señalarme el ascensor con la mano, salió del mostrador y me acompañó hasta el inicio de la gran escalinata de piedra, explicándome brevemente que el edificio fue residencia del Marqués de Ferrera.
Al entrar en la habitación y abrir las contraventanas de madera maciza, el ruido de la plaza desapareció y solo se veían los árboles centenarios del jardín trasero. Sentir esa paz absoluta estando en el centro neurálgico de la ciudad me hizo pensar: «Vale, esto es lo que estoy pagando».
Pros y Contras del Palacio de Avilés
Lo que más me gustó (Pros):
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El Jardín Trasero: Es un oasis de paz. Si puedes pedir habitación con vistas al jardín, hazlo.
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La Historia: Dormir en un edificio del siglo XVII auténtico, no una imitación.
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La Ubicación: Sales y estás en la zona de vinos y tapas.
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El Personal: Resolutivos y amables.
Lo que podría mejorar (Contras):
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El Parking: Es de pago y no es barato (algo habitual en el centro, pero a tener en cuenta).
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Estilo muy Clásico: Si te gusta el diseño vanguardista y minimalista, este estilo te puede parecer un poco «pesado» u oscuro.
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Aislamiento acústico (exterior): Si te toca habitación a la plaza y son fiestas de Avilés (como el Antroxu), puedes escuchar el ambiente, aunque las ventanas aíslan bien.
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. ¿Tiene parking el Palacio de Avilés?
Sí, disponen de parking privado, pero es limitado y de pago (ronda los 20-25€ día). Al estar en zona peatonal, recomiendo encarecidamente usar su servicio de aparcacoches o preguntar en recepción antes de llegar para que te indiquen la mejor ruta.
2. ¿Es un buen hotel para ir con niños?
Es un hotel tranquilo y algo formal. Aunque los niños son bienvenidos y las habitaciones son muy amplias (caben cunas y camas supletorias sin problema), el ambiente está más enfocado a parejas o negocios. No esperes club infantil ni animación.
3. ¿A qué distancia está el Centro Niemeyer?
Está muy cerca. Puedes ir andando perfectamente. Solo tienes que cruzar la Plaza de España, bajar hacia la ría y cruzar el famoso puente de colores («La Grapa»). Son unos 10-12 minutos de paseo agradable.
4. ¿El Palacio de Avilés admite mascotas?
Sí, al ser parte de la red Affiliated by Meliá, suele mantener políticas pet-friendly, pero con condiciones. Normalmente admiten perros de hasta cierto peso con un suplemento por noche. Es vital llamar antes para confirmar y pedir el kit para mascotas.
5. ¿Vale la pena desayunar en el hotel?
Sí. Aunque en Avilés hay cafeterías estupendas, el entorno del desayuno del Palacio (el salón y las vistas al jardín) es una experiencia en sí misma que complementa la estancia de lujo.
Conclusión: ¿Para quién recomiendo este hotel?
El Palacio de Avilés es para ti si buscas algo más que una cama.
Te lo recomiendo si:
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Viajas en pareja y buscas un toque romántico y señorial.
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Te apasiona la historia y la arquitectura.
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Viajas por negocios y quieres impresionar o descansar en un entorno silencioso y céntrico.
No te lo recomiendo si:
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Buscas un hotel económico (hay opciones más baratas en Avilés que están bien).
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Prefieres hoteles ultra-modernos y tecnológicos.
¿Vale la pena? Sin duda. Es el «Gran Hotel» de la ciudad por excelencia. Si tu presupuesto lo permite, dormir entre estos muros es la guinda perfecta para un viaje a Asturias.